Nuestro planeta está plagado de lugares curiosos que conviene conocer para organizar nuestros mejores viajes. Uno de los más interesantes puede ser visitar los Fuertes de Maunsell, unas fortalezas marinas que fueron construidas en los ríos Mersey y Támesis en el año 1942 durante la Segunda Guerra Mundial.
El objetivo de estos fuertes marinos era el de proteger Inglaterra del ataque de los aviones enviados por el ejército alemán. Se construyeron unas monumentales plataformas fabricadas en hormigón y acero en estos lugares estratégicos y las dotaron de distintos sistemas de ataque y defesa como son los radares y los cañones antiaéreos.
En cuanto a la estructura militar, formaban un círculo con varias torres armadas, situando una nueva torre en el centro que actuaba como centro de mando y otra torre separada dotada de potentes focos y cuya misión era la de detectar la posible presencia de estos aviones enemigos para notificarlo a la central de mando y que desde allí se diesen las órdenes de ataque a las torres de la forma más eficiente.
Cada una de estas torres estaba dotada de generadores eléctricos así como una gran cantidad de munición y víveres, lo que hacía que fuesen autosuficientes durante una gran cantidad de tiempo. Por ello, los soldados encargados de trabajar en ellas vivían permanentemente allí.
Este trabajo cubría las 24 horas, para lo que se organizaban turnos en cada torre. Durante su funcionamiento consiguieron abatir 22 aviones y destruir unas 30 bombas volantes V1.
Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, estas torres quedaron abandonadas y se convirtieron en un refugio para las radios piratas durante los años 60. Poco después volvieron a abandonarse, pero en la actualidad ha nacido el Proyecto Redsand, un proyecto cuyo objetivo es el de restaurarlas y darles distintos usos como mueso de la guerra y otros más curiosos como salón de celebraciones, estudios de grabación y zonas para realizar experimentos científicos.
